La espesura del bosque no dejaba ver más allá.
Ya no había lugar donde arrancar, tenia un miedo profundo a esos ojos amarillos rasgados, unos profundos dientes blancos. Solo vio un zarpazo, alcanzó a esquivarlo y arrancar como alma que lleva el diablo. Se estaba oscureciendo y sus zapatos habían cambiado de color, eran más oscuros, mas sucios con el paso del tiempo.
La pantera asechaba y solo se escuchaba su respiración agitada.
En un último esfuerzo se abalanzó a un escarpado del bosque donde residía su ultima esperanza de sobrevivir.
Al llegar vio el río, sin embargo, prefería tirarse antes que sucumbir a la ira de la pantera. Respirando hondo se tiró sin pensarlo dos veces, no había nada que perder.
Era eso o acabar en el estomago de la pantera hambrienta de carne humana.
"La vida es un proyecto, sin proyecto de vida proyectado"
Cuento número 5
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