Me enseño que mi destino era rodar y rodar….rodar y rodar… Dice el corrido mexicano, triste como todas las canciones criollas. (Nótese que hablo como criollismo de algo netamente de un país, no necesariamente chileno) El cantar al des amor, la popularización y masificación del “Drama Queen” (Qué dijo mi querida amiga Cote por allí). ¿Por qué drama Queen? El hecho va más allá del género, el ser sufriente va desde Shakespeare y su gay Hamlet, hasta la siútica novela noventera de hombreras anchas.
¿Por qué? Porque somos adictos al sufrimientos perpetuo, colectivo o místico. Por algo la votación del personaje de la historia lo van ganado dos de los personajes más acongojados de nuestros 200 años. Dos suicidas, idealistas. Murieron por amor a la patria. Amor. Si parecido al que canta Mijares, Alejandro Sanz. Pero ¿cómo dirá usted? Comparando chicha con limoná. No es el mismo saco. Amor, empotramiento por una causa u persona.
Si todos somos Drama Queen, tal vez en un momento Adriana Godán golpeó nuestras cabezas, con su mítica peineta. O mejor pensar. Somos pilas, como dirán los más tecnológicos (Matrix, es real la wea o no)
Yo pienso que simplemente hay que tener especias y condimentos a la vida, un poco de lagrimas y gritos, si no el arroz de todos los días no sale a ninguna webá.