DISCO:

El video arte de Muntean & Rosenblum, sobre la cotidianidad en una disco. Nos hace reflexionar acerca del mundo de hoy. Por una parte tiene una visión sarcástica, contraponiéndose con una inocente perspectiva actual de ver el mundo.
El sarcasmo viene directamente del lugar el entorno en donde se desarrolla la acción, una discoteque. Icono de diversión lúdica de nuestra época. Sin embargo, el lugar está completamente vació, completamente sacado de contexto. Es el día después de la fiesta. En donde se ve una joven haciendo labores domesticas, la cual comenta el hecho que un lugar que esta hace un rato estaba lleno de gente, sin embargo en algún momento del día estamos solos.
En el fondo esta primera parte del video es casi documentalista, la cámara enfoca en su mayoría a la joven barriendo y los indicios de la juerga del día anterior. Todo esto hasta que se la monotonía se rompe al empezar un canto casi operezco. Es acá en donde el video comienza a extasiarme, recordándome la fragilidad, mi propia fragilidad.
Allí, al empezar el canto, la joven se acerca a unas figuras humanas como dejadas por la resaca fiestera amontonadas unas con otras, iluminadas como estatua renacentista. Los seres algunos tienen sus rostros sufrientes otros en éxtasis. Jóvenes, viejos, todos juntos, haciendo reminiscencias de los grandes cuadros de renacentistas como sacados de Miguel Ángel o Leonardo y más aún a la obras del romanticismo francés de Géricault (La balsa de la medusa) y Delacroix (La libertad guiando al pueblo).
Muntean & Rosenblum, con ello resaltan el ojo distante crítico, un planteamiento del espacio plástico como paisaje híbrido en el que se juntan lo material y lo inmaterial, y una posibilidad diferenciada de abstraerse de la fugacidad de las imágenes mediáticas, y cumplir con el propósito de permanencia de la obra de arte.
Asimismo, las dotan de actitudes cada vez más próximas a la imaginería manierista, y de una estructuración polifónica que utiliza elementos plásticos de la tradición de la pintura religiosa barroca, asumiendo su patetismo.
Gente asumiendo posiciones físicas tal como aparecen en los retratos de Se ve a la joven llorando por la miseria humana, por la esencia del ser, tal cual se ve en los cuadros de tipo religioso, casi como una madona llorando por su hijo. Por la eterna dicotomía de entre el consumismo superfluo del mundo actual y la religión. Contradicciones, mundos divergentes. Me pasa hasta con mi propia familia. Lo que era parecido ya no lo es, es algo propio de la vida.

De vuelta Alicia.

No te nombré y te olvidé en mucho tiempo. Te borré de mi imaginario colectivo.
Tú, mi libro matemático psicodélico. Sobre una niña que no quiere crecer en un mundo descolocado. De esquizofrénicos hombres con sombrero, conejos con ataques de pánico, drogadictas orugas, gatos evasivos de la realidad y reinas con delirios de grandeza.
Te deje.
Te quemaste.
Y pensé que lo que representabas todo lo que se había esfumado. Tal como una hoja de papel.
No señor.
Igual que con El Anillo, estoy atada eternamente a ti, Alicia.

una boina y un bastón

Te fuiste con tu andar lento y pausado arrastrando los pies en pasos firmes.
Te fuiste con tu boina ploma y lustrosa.
Te fuiste con tú bastón de madera que nos guiaba los pasos a todos.
Te fuiste al apuntar el alba como un vaticinio de días mejores.
Te fuiste dejándome el alma en un hilo y el corazón con un hoyo inmenso.
Me quedo recordando tu pluma y pincel, tu alma de profesor normalista, tu corazón de abuelo protector.

Me quedo añorando los tiempos mejores.
Esperando tiempos mejores.
Escuchando frente a mi impaciencia, tu clásico: Ya falta poco.
Adiós abuelo.

Pánico en viernes santo

No podía dormir. Estaba sumamente apremiada tratando de terminar el segundo capitulo del cuento que estoy escribiendo. Desesperada, trataba de apretujar a las pobres musas en mi cerebro. Hasta que lo logré. Lo termine. Sin embargo la sensación de desesperación no terminó. Me acosté.

Mi corazón iba como alma que lleva el diablo. Poco a poco mis manos empezaron a sudar. La sensación de desesperación aumentó. Ya no podía más. Pensaba que estaba perdiendo la razón, el control sobre mi mente y mi cuerpo.
Me levante a tomar un vaso con agua caliente. Pensaba que era el frío que se había apoderado de mí. Craso error.

No me calmé. Al contrario, mis manos tiritaban fuertemente, parecían tener vida propia. La sensación de descontrol aumento aún más. Salí de la pieza, lo único que quería era ayuda salir corriendo de allí. Lo más pronto posible.
Le golpee la puerta a Bárbara. Me vio la cara y se asustó. Ahora, yo sudaba frío y no podía controlar las tercianas.
"Ayúdame, sácame de aquí por favor", le dije con cara de pánico.
Salimos del departamento, sin saber que hacer.
Caminamos hasta la primera farmacia. Estaba cerrada. Seguimos caminado con rumbo a hasta Pedro de Valdivia. Nada.
"Tomemos un taxi, necesito ir al hospital," le dije.
Nos subimos al vehiculo."Llévenos hasta "El hospital del Salvador por favor" dije con un hilo de voz.

Cuando llegábamos el lugar estaba lleno y apestaba. Sin embargo, la gente era muy amable entre sí. En eso llegó Daniela con Cristian, a quienes llamamos desde el taxi y no quisimos despertar en la casa.
¿Qué pasó, Evelyn?
"No sé" dije.
Pasaron diez minutos cuando me llamaron, ya me sentía mejor. Me tomaron el pulso y la presión todo normal. La enfermera con cara de juez me pregunto: "Consumió alguna droga"
"Nada" le dije.
"Solo soy celiaca" agregue (como si importase).
Esta todo normal me dijo, no tengo que ingresarla de urgencia pero si quiere esperar. "OK, voy a esperar" le dije asustada. La enfermera terminó la revisión preguntándome ¿Es la primera crisis de pánico que le da?
¿Qué? Fue lo único que dije al salir.

Afueras mis compañeras de departamento me preguntaron como me fue. "Crisis de pánico" le dije. Tengo que esperar. Para que me vea un doctor. Espere dos horas. La vista era surrealista gente durmiendo en el suelo por que no tenía donde pasar la noche, ebrios, pacientes y familiares eran el arca de Noé de la posta de urgencia. Todos viendo Chilevisión en donde José, peleaba con sus hermanos por haberlo vendido como esclavo. Típica programación de la festividad. Pasó un rato y me volvieron a llamar "Evelyn Careres", vociferó una enfermera. Cáceres le dije, Cáceres.
Entre a una escena dantesca. Un hombre desnudo estaba con delirio tremen. Con la cara deformada gritaba "Paula…Paulita."
Me sentaron en la camilla y el doctor al ver mi rostro descolocado tapo con una cortina la camilla del ebrio.
"Hola" me dijo. "Te dio una crisis de pánico" me preguntó.
"Parece" le dije.
Me reviso amablemente y me dijo que era de María Helena. Así que de Antofagasta, al verme mi chaqueta de la norte (la uso para dormir, me fui con el buzo con que duermo.)
Me dio unos remedios y me mando a hacerme unos exámenes.
Cuando nos devolvimos en el taxi. Qué por cierto se vino a 10 por hora. Vimos a Gonzalo Valenzuela. Miren grite y quedo el griterío dentro del taxi. La normalidad había vuelto.

Los títeres el contraataque

El baúl de los tiempos. El otro día leía sobre la adaptación al cine de la telenovela los títeres, del gran dramaturgo chileno Sergio Vodanovic. La esta impulsando Cristian Campos quien participo en la versión del canal del angelito.
Otra cosa, que me hizo retomar el tema fue una conversación en diferentes lapsos de tiempo con distintos amigos sobre las telenovelas. Ellos llegaban a la conclusión que la mejor telenovela que habían visto era Fuera de Control.
! Quedé Plop!
Ósea la Sarita Mellafe es un personaje tétrico y no quiero en ningún momento menospreciar la calidad actoral de nuestra ministra de Cultura. Pero doña
Gloria Münchmeyer, como Adriana Godán es de temer. Más aún cuando en el país cualquier asomo de crítica social era apaciguado.
Más quede out, cuando pregunte si sabían que la novela en cuestión fue escrita por Sergio Vodanovic. ¿Quién es?
No se que me molestó más, que la ignorancia viniera de estudiantes de diseño teatral, o que no supieran de los títeres ni de su autor.
En el fondo lo que pasó es que me sentí vieja y desactualizada.
Espero no terminar como Adriana peinando la muñeca.