Pepermint Candy:La aldea global polarizada

Machall Mcluhan, nos hablaba en los 60 de cómo el mundo cada vez sería una pequeña aldea global, en donde las identidades propias de los pueblos se perderían. Pasaríamos a ser uno sólo, con crepúsculos individualistas.
Por otra parte Said, nos dice que la visiones culturares sobre cada país son producto de los esteriotipos. Qué un individuo pese a tener pinceladas de otras cultura no deja de ser parte de de la suya. El vive toda su vida en EEUU sin embargo, siguió siendo un árabe.
Pepermint Candy, la muestra coreana en el forestal nos muestra lo que anteriormente, he dicho: a través de instalaciones, fotografías, objetos, videos y site specific de 24 artistas provenientes, entre otras del Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Corea (Seúl), forman parte de esta completa selección de arte de Corea del Sur bajo la curatoría de Seungwan Kang.
Peppermint Candy se anuncia desde la fachada del Museo de Arte Contemporaneo del Parque Forestal con Happy, Happy together, una obra site specific de Jeong-Hwa Choi -trabajada en conjunto con docientos estudiantes de educación media de la Provincia del Choapa traídos a Santiago por Minera Los Pelambres- que está diariamente en contacto con los transeúntes de la concurrida plaza Juan Sebastian Bach, frente al caballo de Botero.
Al ingresar al museo el público se encuentra con la obra Escalera de Do-Ho Suh en el hall: una instalación suspendida desde el segundo piso hecha con un género tradicional coreano. La obra alude según la referencia del museo al desplazamiento, la necesidad de un espacio personal, la diferencia entre casa y hogar, las relaciones humanas y las historias individuales.
Ambas obras son la antesala de una exposición que indaga en los factores identitarios y cambios sociales de Corea del Sur, los cuales nos habla Said, los cuales nos habla Mcluhan a través del determinismo tecnologico y como las brechas culturales nos acercan más.
Inclusive en la exposición se puede ver grosso modo algunos aspectos que pudieran coincidir con nuestro pasado reciente, pasado político, histórico y social similar: la derrota de las dictaduras y la transición a la democracia, la caída de los paradigmas políticos. Por otro lado, ambas son sociedades, en distintas dimensiones, de reciente crecimiento económico, emergentes, lo que se refleja en algunas obras que presentan el impacto que producen las transformaciones socio económicas en lo cotidiano.
Esta exposición fue planificada con la intención de conectar la sociedad moderna y la cultura de Corea del Sur con las obras que marcaron visualmente al público de su época.
Peppermint Candy se basa en el título homónimo de la película de 1999 del director Lee Chang-dong, protagonizada por un veinteañero que al recibir un caramelo de menta de su primer amor, siente que está viviendo el tiempo más puro, pero a la vez, un momento perdido, al que siempre soñará con regresar.
El sabor mentolado y dulce del caramelo de menta simboliza, para la curadora, la juventud y la pureza, la frescura y la picardía, donde todo es nuevo. Pero al mismo tiempo, estas características siempre pueden ser usadas o derribadas por las nuevas generaciones.
El dilema de regresar a la “pureza” o avanzar al “progreso” se vincula con la historia coreana y con los artistas de la exposición Peppermint Candy que poseen un mismo trasfondo sociocultural que el protagonista del filme.
La mayoría nacieron en los años 60 y 70 y crecieron durante la etapa de un brusco cambio en la historia coreana: la consolidación de la democracia y la mutación cultural.
Abarca los cambios de actitud hacia la ideología, en el proceso de transición, desde la época del culto a la ideología, heredada de las dictaduras y de Guerra de Corea (1950-1953) hasta la llegada del pluralismo. La exposición tiene tres grandes temas.
Como la gran urbe fue recreada (Seúl) y desarrollada mientras se modernizaba, hecho que cambió la estructura social y la forma de vivir en ella. En este avance tan rápido surgen problemas de irregularidad social, derechos humanos y segregación de las minorías acá se puede observan atentamente la visualidad de la vida cotidiana.
El segundo tema tiene que ver con la búsqueda de la cultura visual para expresar una naciente sensibilidad, es así como se ve el pop art coreano en cuadros coloridos y tan disímiles.
Iconos norteamericanos y propios del mundo vistos desde su perspectiva. Princesas de Disney de un sólo ojo, un Darth Vader con iconografía coreana. Representan búsqueda de la cultura visual para expresar la nueva sensibilidad, forjada en el período de explosión de la cultura de masas y de la sociedad consumista después de los años 90, la era de la riqueza material.
El primero tiene que ver con el propio corea con los esteriotipos dados, se muestra como una especie de turistel. Es la imagen global y preconcebida de corea, lo cual no significa que no sea corea si no parte de él.
Todos los puntos son corea, la corea influenciada por estados unidos, la corea milenaria, la corea actual, son parte de su propia identidad.

Letra de Habanera

El amor es cual pájaro rebelde al que nadie es capaz de domar
Nuestros ruegos a nada van a parar, si lo que a él se le antoja es rehusar.
Amenazas y súplicas nada valdrán.
Aquel hombre persuade; éste otro se calla.
Y es a éste, al que nada dice, al que quiero y mi corazón prefiere: el amor, el amor...
El amor es como un niño gitano que jamás supo de nada que sea la ley
¿Que tú no me amas? ¡Yo sí te amo! Y si yo te amo... ¡Mejor será que del amor te guardes!
El pájaro que prender hubiste creído batió sus alas y se alejó de ti...
Aunque distante quede tu amor, puedes esperar su regreso
¡Cuando menos lo esperas, a tu lado estará!
Y en torno tuyo, raudo y veloz, volará
Ahora bien, y ahora se va... para retornar
Te figuras tenerlo, pero te esquiva;
crees zafarte y él es tu dueño.