¿Armar las piezas poco a poco? ¿Botar la basura esparcida en el suelo? ¿Secar el piso? No lo sé. Nadie puede darles una receta de cómo retomar la vida, porque estamos hablando de la vida, después de un desastre emocional. Tal vez sea lo mejor hacer una introspección…. Una especie de “locura natural” y hacer yoga, para aclarar el alma, para mejorar el estado físico, para mejorar tu deteriorado karma.
O algo un poco más tradicional y destrozarte las nalgas a puro trote. Si las endorfinas son buenas aliadas, pero el problema es cuando el sudor ha pasado, cuando se hace de noche y piensas, piensas y no puedes tranquilizar tu alma.
Zaz…. Touche.
O lo peor es cuando evades el problema, y te ahogas literalmente en un vaso, tu mejor amigo es el ron habana, no puedes dormirte sin un cigarro y tu cuerpo termina destrozado. Casi tanto como tu integridad.
Voltéate cabrita.
Sí. Mira al lado. El vecino rugoso e impotente esta peor que tú. Míralo te darás cuenta que tu vida es disneylandia.
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