Mi niña:

Como extraño, la dulzura de tu mirada, tu sonrisa fácil y el enrojecer de tus mejillas.
Como extraño, la tenacidad en tus decisiones profundamente inclaudicables.
Como extraño, esa voracidad antropófaga de conocimientos, querías el sol y la luna, querías ser antropóloga como Indiana Jones, dibujante de Disney y escribir un gran libro.
Como extraño esa facilidad de proyectarte, de ver más allá, de querer formar una familia.
Como extraño, esa lealtad extrema y total falta de cinismo, el creer que tu familia y tus amigos son lo máximo.
Mi niña querías el cielo y la luna, te creías la bella y la bestia, a la vez, cantabas como Sebastián en la sirenita bajo de mar.
Sólo espero que algún día, nos reencontremos tu y yo, sin que piense que te traicione profundamente, sólamente que crecí, que ya no soy tú y me convertí en mujer.