Una puñalada y un beso

Vuelo en círculos. Ayer estuve todo el día viendo Evangelion, me dejo peor, con una sensación de más incertidumbre, aunque claramente el final es una terapia de autoayuda para adolescentes con baja autoestima.
Ya no lo soy.
Qué soy, es la eterna pregunta.
En realidad no soy la única que la formulo, ni la última.

Estoy viendo anime japonés, he visto dos series y tres películas. Los japoneses son increíblemente reflexivos. A veces, muestran partes de la realidad cotidiana, mezclada con el mito y la leyenda. Otras, nuestros caldos de cabeza filosóficos en una simpleza asombrosa. Pero lo que más me gusta, es que no subestiman al espectador. Por años admire a los monos de Walt Disney.

Pero su mensaje me lleno la cabeza de mierda utópica y lo único profundo era la calidad de los dibujos animados. Creo que la rabia esta dirigida más a mi misma y a mi ingenuidad. Los monos son sólo son parte de una sociedad superfula y estigmatizante, la cual es el padre de la nuestra. No quiero renegar de ellos, solo decir que su mensaje tiene tanta profundidad como el Mapocho y aún así todavía lloro con la Bella y la Bestia.
Las contradicciones no paran señores

1 comments:

Anonymous said...

hola felicitaciones por tu blog y queria comentar que existe un final alternativo al de la reflexion en evangelion y es muy violento saludos

Johnny G.