Han pasado seis meses, y los demonios ya están exorcizados, el mar ya no quiere golpear las olas con fuerza, se me fue la rabia interna. Contaré la historia como me la contaron, de lo que yo viví, y un poco como me la imagino.
Santiago 27 de marzo en la noche: Es tarde hace cuatro días que llegue de Antofagasta de vacaciones de verano, no quería venirme. En realidad no quiero seguir viviendo con el Pedro, estoy chata de los carretes, del mal olor de la Bárbara. Lo más probable es q me vaya a vivir sola. Vino el Daza, para variar habrá bulla. Es tarde, los niños ven películas pero no están metiendo ruido como es habitual. Muy por el contrario. No puedo dormir, me doy vueltas como loca en la cama. Luego conciliar el sueño a las 2 de la mañana.
En el ínter tanto, en Antofagasta. Mi mamá termina de ordenar los cd´s que están en mi pieza, son 5 torres con discos, tengo la mala costumbre de no etiquetar nada. Se va a acostar. Nadie sabe exactamente como empezó, según las indagaciones fue un desperfecto eléctrico, (a veces creo que fue el destino que nos tiro la cuenta) el fuego comenzó en la cocina de la casa de la Adela, sin que nadie se diera cuenta. El perro (Tomás) comenzó a ladrar y aullar, sin lograr que sus dueños despertaran, al contrario solo hizo que mis perros lo acompañaran en una muestra de solidaridad perruna.
Sin embargo, el fuego se hizo más potente. Se despertó la tía de la Adela, bajo a la cocina vio el fuego, inútilmente trato de sacar al perro estaba en el patio. Salio desesperada gritando a la calle, golpeando las puertas de las casas aledañas. La Luthien comenzó a ladrar obsesivamente hasta que despertó a mi mamá. El wimi bajo. Con su pasirmonia habitual fue a ver lo que pasaba mientras le decía a mi mamá: “Gorda baja a la Luthien y lleva algunas cosas donde la Rosita”
Mi mamá le golpeo la puerta a la Rosita, salio el Pipo. La Luthien hacia todo más difícil al creer que era la hora de ir al baño. Mientras tanto, el Wimi entró a la casa y se dio cuenta que el fuego estaba incontrolable y que era prácticamente imposible sacar al Tomás. El niño de la casa lloraba por el perro, sin saber que las cosas eran más graves….
"La vida es un proyecto, sin proyecto de vida proyectado"
Veintiocho de marzo (Primera parte)
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